Nuestra
Señora de las Rosas, María Auxilio de Madres
29
de Diciembre de 1973 - Víspera de la Fiesta de la Santa Familia
Verónica
anunció a los peregrinos que asistían a la vigilia esa noche que la
Advertencia del Padre que estaba planeada para el mundo el 28 de diciembre,
1973, había sido atrasada. Se le
había concedido al hombre una postergación de tiempo debido al número de
almas víctimas, y el instrumento principal para la postergación fue el envío
del Vers Demain (un grupo laico en Canadá que promovió el Mensaje de Bayside
de 1973 a 1977) por Nuestra Señora para ayudar a que llegase a tantas almas
como fuese posible.
Verónica
- Nuestra
Señora desciende por el lado derecho del asta de la bandera. Oh, Ella es tan bella. ¡Oh,
la luz es tan brillante! Nuestra Señora
se ve casi como una pequeña niña. Ella
está vestida en un manto blanco,
pero tiene un borde ornamental de oro, como bordado y entretejido en oro
alrededor de Su manto. Y ahora Nuestra Señora sonríe y Ella extiende Su
Rosario y dice:
Nuestra
Señora - "Hablaste
bien, hija Mía... de Mis hijos de la Casa de San Miguel.
Ves, sí tenemos un plan para salvar a tu país.
Esto te sorprende mucho, hija
Mía. Como te he dicho en el pasado,
el Padre tiene un plan para todo. No
te preocuparás del futuro, sino vivirás cada día ahora plenamente, consagrándote
a tu familia, al Sagrado Corazón de Mi Hijo.
“Sí,
tu país y el mundo deben pasar por una gran prueba;
sin embargo, no deseo llenarte de temor, sino prepararte para lo que ha
de venir. (Pausa).
LA
SEGUNDA VENIDA
"Todos los que permanezcáis puros de espíritu no tendréis temor,
sino pasaréis por estos días de prueba con gran esperanza y os regocijaréis
con la Segunda Venida de Mi Hijo.
“Debo
prevenirte una vez más, hija Mía, de tener mucho cuidado de quien entre en tu
casa. Los enemigos de Mi Hijo
tratarán de detenerte. No debes
viajar sin tu cruz.
“Yo,
hija Mía, hago lo más que puedo para disminuir el castigo que vendrá sobre tu
país y sobre el mundo. (Pausa).
Sin embargo, hijos Míos, debéis comprender que no puedo hacer esto sola,
sino debéis seguir Mis instrucciones. Os
he dado el plan para vuestra salvación. Usaréis
vuestros sacramentales y permaneceréis cerca de Mi Hijo en los tabernáculos
del mundo.
“El
camino delante de vosotros y de todos aquellos quienes están destinados al
Reino, será uno de prueba. Preparaos
para ser despreciados, burlados, y echados a un lado por los vuestros.
No, hija Mía, no puedo quitarle esta cruz al mundo.
El mundo debe pasar por un fuerte Castigo.
El tiempo sólo puede contarse con la
oscilación de la balanza. Cuando
el peso de la iniquidad haya llegado a lo más pesado, sabrás que la ira del
Padre caerá fuertemente sobre la humanidad.
“Hija Mía,
hay un cuento sencillo de amor: aquello que aprecias lo mantienes cerca de ti.
¿Por qué todos vosotros habéis desechado los objetos de vuestro Dios?
¿Por qué habéis hecho a un lado las santas imágenes?"
Verónica -
Nuestra Señora quiere decir las estatuas y los cuadros.
Nuestra Señora está muy disgustada por los muchos cuadros de Su Hijo.
Son, dice Nuestra Señora, una burla a Su Sagrado Corazón.
LA
ADVERTENCIA POSTERGADA
Nuestra
Señora -
"La Advertencia que ha de venir todavía sobre vuestra ciudad y el mundo ha
sido postergada; sin embargo, los
asesinatos en vuestra ciudad no han parado.
Los asesinatos de los no nacidos deben parar ahora o vuestra ciudad caerá.
Todos los que tenéis, aunque sea una mínima parte, participación en la
masacre de los santos inocentes serán quemados en el abismo.
“Vuestro
país ha perdido el conocimiento del Padre.
El pecado dentro de vuestro país es realmente una manera abominable de
vida. Vuestros hijos caminan por el
sendero de la perdición. Ay de
aquellos quienes tienen la responsabilidad de alimentar las almas y las colocan
sobre el camino hacia la perdición. ¡Es
mejor que hubiesen muerto en el vientre de su madre!
“Mantendréis,
hija Mía e hijos Míos, una constante vigilia de oración. El peligro no os ha pasado todavía.
“Oración,
expiación y sacrificio - ¿es esto demasiado pedir de vosotros?
Si pudieseis ver vuestros días futuros, encontraríais que la oración,
la expiación y el sacrificio son demasiado poco para salvaros y salvar a
vuestros hijos.
“Hijos
Míos engraciados, todos debéis uniros ahora para pelear al enemigo común de
Mi Hijo. Id adelante como discípulos
del Padre, sabiendo que la victoria final está con el Padre en el Reino.
“Es
mejor, hijos Míos, tener un pequeño círculo de amigos benditos que socializar
entre los malvados. Haced de
vuestro hogar una fortaleza de devoción. Quitad
a vuestros hijos de un mundo que se ha vuelto... que se ha entregado a satanás.
La mayor responsabilidad de las almas jóvenes será dada a los padres de
familia. Mantened la Fe en los corazones de aquellos a quienes amáis."
Verónica - Ahora
Nuestra Señora extiende Su Rosario, así.
Y ahora Ella extiende...
Nuestra
Señora -
"Os bendigo, hijos Míos: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo."
Verónica
- Ahora
Nuestra Señora sonríe, y Ella ve hacia Su derecha, nuestra izquierda, y Ella
hace así. El Rosario de Nuestra Señora
es muy grande; las cuentas son muy
grandes. Son blancas, y el Padre
Nuestro es dorado y el crucifijo tiene - ahora noto que el crucifijo tiene
encima un gran globo. Sí, un gran
globo sobre el crucifijo. Nuestra
Señora dice:
Nuestra
Señora - "Sí,
hija Mía, Mi Hijo lleva las cargas de los pecados del mundo de nuevo sobre Sus
hombros."
SAN
MIGUEL, EL GUERRERO DEL CIELO
Verónica - Ahora,
todos los que pueden, por favor arrodíllense porque desciende Jesús para
bendecir los sacramentales. Oh,
Nuestra Señora está con Jesús, y también San Miguel - oh, ahora él tiene -
nunca había visto a San Miguel con una capa puesta.
Ahora
tiene una capa; es muy grande.
La capa es de color verde, ribeteado en, en un borde de oro.
Es como una trenza de oro. Ahora
San Miguel, sin embargo, se quita la capa.
Veo que tiene puesta una clase extraña de - oh, no sé, parece como la
vestimenta de un guerrero. No, no
podría decir que son mangas cortas, porque es como tejida - un tipo de trenza
finamente tejida en sus brazos, que llega hasta sus hombros.
Y sobre su pecho, hay, parece ser plata, metal - un chaleco como metálico.
Y ahora
él tiene - oh, una falda corta. Oh.
Oh, pero tiene sobre sus piernas una especie como de sandalia acordonada,
trenzada. Pero noto en la parte
posterior de sus talones, parecen alas, como - como una sección de ala en la
parte posterior de sus talones. El
gira hacia un lado.
Ahora el
trenzado acordonado de sus piernas también luce con la trenza de oro sobre su
capa, que él se acaba de quitar. Ahora
él la pone sobre su brazo, y San Miguel todavía sostiene ahora, esa balanza.
Él tiene la balanza dorada en su mano y él está ahora de pie.
San Miguel - ¡oh! Por lo
menos es seis o siete veces más alto que Jesús o Nuestra Señora.
Y él no se ve desproporcionado, ¡sino es muy grande!
Ahora no puedo ver el rostro de San Miguel debido a la luz;
está muy brillante.
Pero
ahora Jesús viene hacia adelante. Jesús
desea que yo describa Sus vestimentas. El
tiene puesta una capa color borgoña y una túnica, no vestido, color crema - El
dice túnica, no vestido. Y Él
tiene puestas estas - oh, sandalias. Parecen
como pedazos cruzados de sandalia; se
ven color marrón.
Ahora Jesús
abre Su capa, y ahora puedo ver que está impreso en Su vestimenta un - oh, es
un corazón, un corazón muy rojo. Pero parece que hay una espada que lo
atraviesa, una espada de apariencia dorada;
y ahora Jesús se inclina, y dice:
Jesús -
"Es el oro, hija Mía, lo que ha puesto la espada en Mi Corazón."
Verónica - Oh,
creo - yo - yo - yo creo que Jesús quiere decir - y Él asiente con su cabeza,
"sí" Es el amor por el
dinero lo que ha puesto la espada atravesando Su Corazón. El amor que el mundo tiene por el dinero y las riquezas.
Jesús se
inclina, y El ahora ha cerrado Su capa; por
lo que ya no puedo ver esa parte de Su túnica, la que tiene el corazón.
Y Nuestra Señora está justamente atrás de Él.
Nuestra
Señora se ve - se ve muy bella. Ahora
Ella tiene sobre Su cabeza una corona. Es
una corona dorada, pero con un
revestimiento adentro como de terciopelo. Y
sobre la corona hay - ¡oh! Es - en
la parte superior tiene, como una bola con una cruz en la parte superior.
Es una bola dorada con una cruz en la parte superior.
Nuestra Señora sonríe. Oh,
Nuestra Señora dice:
Nuestra
Señora -
"Lo describiste muy bien, hija Mía."
Verónica - Y Ella
inclina Su cabeza, y ahora Nuestra Señora eleva el crucifijo de Su Rosario.
Nuestra Señora lleva ahora el Rosario alrededor de Su cintura.
Hay un cordón dorado alrededor de Su cintura, y Ella ahora toma el
Rosario de Su cintura. Y ahora Jesús
viene hacia adelante, y Él extiende Su mano, así.
Y ahora, Jesús dice:
Jesús - "Bendeciré
los sacramentales. Serán
instrumentos para la conversión de los pecadores.
Curaciones y conversiones más allá de lo que el hombre haya anticipado
jamás. Todo esto os doy si creéis
y venís a Mí."
Verónica - Ahora
Jesús eleva Su mano, así, y Él hace la señal de la Trinidad: En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Ahora Nuestra Señora y Jesús flotan hacia el lado derecho del asta de
la bandera, y Ellos ven ahora hacia abajo;
y Jesús eleva Su mano de nuevo, así. Ahora hace la señal de la cruz:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
LA BOLA
DE FUEGO
Jesús señala hacia el cielo. Oh,
Él quiere que yo - oh, ¡allí está de nuevo esa bola!
¡Esa! Oh, es muy grande. Es una bola de fuego, y tiene una - oh, puedo ahora ver una
cola muy claramente. Es una cola
larga, anaranjada. Realmente es de
un rojo fuego. Es de apariencia muy,
muy caliente. Ahora eso - realmente está precipitándose por el cielo;
simplemente está - zing, así.
Jesús señala
hacia abajo - oh, El se mueve hacia nuestro lado izquierdo del asta de la
bandera. El flota - simplemente
parece deslizarse; Nuestra Señora
y Jesús simplemente se deslizan hacia allí.
Jesús
desciende más; Él está casi en
el centro del asta de la bandera, pero aquí del lado izquierdo.
Ahora Jesús sonríe. Ahora Él eleva de nuevo Su mano delante de Él, y
Él hace la señal de la cruz, así: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Y ahora
Nuestra Señora eleva Su crucifijo dorado, y Ella también lo eleva muy alto
sobre Su cabeza, así, y Ella hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo. Y
ahora Nuestra Señora gira hacia esta dirección: En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Ahora Nuestra Señora dice muy, muy quedamente, que
casi no la puedo escuchar. ¡Oh!
Nuestra
Señora - "Muchas
conversiones y muchas curaciones, serán dadas muchas gracias - gracias en
abundancia, gracias para los que piden. Todos
los que vienen a Mis Terrenos sagrados no se irán insatisfechos."
Verónica - Y
ahora Nuestra Señora eleva de nuevo el crucifijo: En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Jesús ahora se inclina y dice:
Jesús - "Recordad
bien las palabras de Mi Madre, porque confiamos en que no habéis hecho a un
lado Sus palabras, ni las habéis escuchado con oídos sordos.
Las advertencias de Mi Madre serán atendidas, o el mundo pasará por una
tribulación pesada de sufrimiento. Esto
no deseamos enviaros, pero este hombre se llevará a eso si no atiende las
advertencias del Cielo."
Verónica
- Ahora
Jesús nos bendice, así - estoy tratando... Él dice que junte mis dos dedos,
los dedos juntos, así. ¡Oh! En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Ahora hay una luz tremenda y Veo - oh, allí está San Miguel.
Y también a su lado están dos, bien, son más pequeños en tamaño, ¡pero
son gigantescos! ¡Oh, cubren todo
el cielo! Ninguno de los dos se ve
fuera de proporción. Son San Gabriel y San Rafael.
Y ahora escucho música en el fondo.
¡Oh, puedo escuchar Música - bella!
Es un coro - Son simplemente... voces, suenan como de niños.
No hay manera de poderlo describir.
Se pone
muy gris y Nuestra Señora ahora viene hacia adelante;
y Jesús ha ido del lado derecho, nuestro lado derecho, por los árboles;
y Nuestra Señora ahora dice:
Nuestra
Señora - "Continuad,
hijos Míos, con vuestras oraciones de expiación.
Muchas son necesitadas. En
el nombre del Padre, y del hijo, y del espíritu Santo, Amén."
Verónica - Ahora
bajan del cielo astillas - se ven como pedazos de vidrio.
¡Es simplemente bello! Astillas
- pedazos de vidrio. Nuestra Señora
dice que son gracias. Pero, oh, se
ven casi como hielo congelado. No
se como describirlas. Son
simplemente bellas. Están en todas
direcciones - ¡son simplemente bellas!
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Revised: February 03, 2010