Nuestra
Señora de las Rosas, María Auxilio de Madres
23
de Noviembre de 1974 - En Honor de Cristo Rey
Nuestra
Señora - "Hija
Mía, ¿por qué tienes temor? ¿No has sufrido más severamente... en el
pasado? Las fuerzas del mal están reunidas en contra de Mi trabajo, hija
Mía. Pero el Padre tiene un plan."
Verónica - ... y siempre será, mundo sin fin. Amén.
Nuestra Señora - "Continúa, hija Mía, con las oraciones."
Verónica - ... lleva a todas las almas al Cielo, especialmente las más
necesitadas de Tu misericordia. (Pausa).
Ahora Nuestra Señora desciende. ¡Oh! ¡Ella es tan bella!
Nuestra Señora tiene puesto el manto azul profundo sobre Su túnica blanca.
Su túnica está... le llega debajo de Sus pies, y puedo ver los pies de
Nuestra Señora. Ella no tiene puestas sandalias. Oh, y Nuestra Señora
tiene Su - una banda, una banda azul. Ahora Nuestra Señora señala
Su Rosario.
Nuestra Señora - "Ves, hija Mía, sí tienes una réplica de Mis
cuentas."
Verónica - ¡Oh! Nuestra Señora -
Nuestra Señora - "Le harás saber al mundo, hija Mía, que el Padre
está muy disgustado con la manera en que Su Hijo, Mi Hijo, viene a vosotros en
la Eucaristía. Muchos lo traen con irrespeto.
"No descontéis en vuestras vidas diarias las cosas pequeñas,
hijos Míos, porque ellas suman y componen una multitud de ofensas hacia el
Padre. Los ángeles imponen respeto a Mi Hijo. Cubriréis vuestras
cabezas cuando recéis.
"Las
fuerzas del mal están profundamente enraizadas en tu país y en el mundo.
El Padre planea una limpieza de tu mundo, hija Mía. Nos apena mucho en el
Cielo saber esto. La ceguera ha endurecido los corazones de muchos.
¿Buscarán ellos el camino? Mi Hijo planea retornar a tu tierra. ¿Encontrará
tan siquiera una pequeña llama de verdadera fe en los corazones de Nuestros
hijos? El Padre planea castigar, hijos Míos, a aquellos a quien El ama.
Realmente soy la Madre del Gran Dolor.
"El
mundo rechaza Mis palabras, hija Mía, así como lo hicieron hace muchos años
cuando hice Mi primera visita a los pequeños niños en el país, Portugal.
Sí, Mi Mensaje para el mundo no ha sido acatado, y ellos, también, recibieron
un justo castigo por medio de la guerra. Las guerras, hija Mía, son un
castigo por los pecados de la humanidad. Las abominaciones se multiplican.
La medida del castigo será una medida por otra medida, el borde derramándose
del cáliz. Hija Mía, ellos pulen el cáliz exteriormente, pero la taza
está llena de abominaciones.
"Hija
Mía, no somos sin sentimientos; Mi Hijo sí tiene sentimientos. Él sufre mucho. Muchos se han alejado de Mis súplicas.
Afuera, en vuestro universo, está el agente que el Padre planea enviaros para
vuestro castigo. Oh, hijos Míos, ¡despertad de vuestro sueño! La
advertencia se aproxima rápidamente a vosotros.
"Vuestro
mundo ha sido entregado a satanás, pero por un corto tiempo.
Los agentes de las tinieblas se han multiplicado en vuestro mundo y en la
Casa de Mi Hijo. Las fuerzas del mal estarán en contra tuya, hija Mía, y
en contra de tu trabajo. Debes saber que el Padre todo lo controla.
Continuarás dando Mi Mensaje al mundo. Hay muchas dádivas, hija Mía,
que pasan desapercibidas por la humanidad. El Espíritu de verdad no ha
abandonado el mundo. La luz busca entre la oscuridad."
Verónica - Ahora veo una gran luz por encima de la cabeza de Nuestra Señora.
Es una bella luz azul. ¡Oh! Y ahora más allá de la luz, hay
estrellas. Oh, son más brillantes que las estrellas en los cielos;
son como diamantes. ¡Son tan bellas! Y ahora ellas brillan en todo
el derredor de la cabeza de Nuestra Señora. ¡Oh, son simplemente bellas!
¡Oh! Están
como suspendidas en el aire. No puedo ver qué es lo que las sostiene en
su lugar, pero son una bella corona de estrellas alrededor de la cabeza de
Nuestra Señora. ¡Oh!
Ahora, del lado
derecho de Nuestra Señora hay un - ¡oh, es San Miguel!
San Miguel se adelanta, y él lleva una balanza en su mano derecha, y en
su mano izquierda tiene una larga lanza. Ahora San Miguel está por, él
abre su boca y él grita:
San Miguel - "¡Apresuráos, atended y escuchad mis palabras!
No haréis caso omiso de este Mensaje del Cielo, ¡porque el Castigo estará
pronto sobre vosotros! Lo que iba a suceder en el futuro, ¡ocurrirá
ahora! ¡Apresuraos, atended y
escuchad, porque la advertencia está siendo dada a vuestro mundo! Invocáis
sobre vosotros el debido castigo para una generación degenerada."
Verónica - ¡Oh! Es tan aterradora, la voz de San Miguel;
mis oídos me duelen, ¡es tan recia! ¡Oh! Ahora Nuestra Señora se
inclina.
Nuestra Señora - "Hija Mía, muchos escucharán la voz de sus ángeles.
De esta manera esperamos evitar durante algún tiempo el gran Castigo. Es
triste, hija Mía, que muchos todavía rechazarán Nuestras palabras, tan
profunda es la oscuridad en sus corazones.
"El águila,
vuestro país, ha caído con satanás. Debéis rezar una constante vigilia
de oración. Vuestro país se entregará al cautiverio.
Satanás gobernará a vuestros líderes, ¡y todo porque habéis
rechazado a Mi Hijo! Ya Nuestras ovejas vagan. ¿Quién irá y
reunirá a Nuestras pequeñas perdidas?
"Hay en
vuestro país y en el mundo una gran conspiración del mal. Rezaréis mucho y
haréis muchos sacrificios por la recuperación de las almas de muchos quienes
han perdido el camino. Sobre sus cabezas están las mitras de, las mitras
de autoridad, hija Mía. Es sólo porque existen unos pocos que rezan por
ellos. Recuerda, hija Mía, no te olvides de tu clero, porque muchos irán muy
profundamente dentro del abismo, y pasarán muchos años en el Purgatorio porque
no tienen quien rece por ellos. Vuestros sacerdotes necesitan de muchas
oraciones. Muchos están mal
guiados y han vendido sus almas para llegar a la cima.
“Hijos Míos,
¡despertad! ¿Qué ganáis si reunís vuestros tesoros en el mundo y no
guardáis en el Cielo? Dejaréis el mundo con nada y si venís a Nosotros
sin méritos, Nosotros debemos rechazaros. Y seréis echados a los fuegos
o pasaréis muchos largos años purgándoos en la tierra de la espera.
"Hija
Mía, la gran decepción en tu mundo hoy es la oscuridad del espíritu creada
por la habladuría que conlleva al mal del humanismo, modernismo y al peor de
los males, el satanismo. El mal, hija Mía, es tan grande que el hombre se
ha colocado a sí mismo como ídolo.
"En tu país y en el mundo, hija Mía, repito, hay una gran
conspiración del mal. La verdad - ¿en dónde está la verdad? Las
almas están empañadas debido a que no se les da de tomar las aguas puras de la
verdad. Mi Hijo, Mi Corazón, está atravesado de ver tantas abominaciones
que son cometidas en la Casa de Mi Hijo. Reza una vigilia constante.
El príncipe de las tinieblas y sus agentes no pueden quedarse cuando rezas. Tu
país, ya no bello de espíritu, se ha entregado a los asesinatos. Padre
contra hijo, madre contra hija, hijos contra padres. Oh, ay de los padres
que llevan a sus hijos al pecado. ¿Qué será de vuestros hijos? Vuestro
ejemplo es pobre. Vuestras maestras traen oscuridad a las almas.
Debe haber, hija Mía, un reverso total de las maneras del hombre que ahora
ofenden al Padre. ¡A menos que esto suceda durante un período de tiempo
otorgado por el Padre, será enviado sobre vosotros un gran Castigo!"
Verónica - ¡Oh! Veo esta bola. ¡Oh! Gira muy rápidamente.
Parece como - ahora puedo ver un lado de ella ahora, parece como una formación
de roca y detrás de ella sale fuego en chorro. Es muy grande. ¡Oh!
¡Oh! Y a medida que gira, parece juntar humo alrededor. Es
anaranjada y amarilla y blanca - humo y fuego. ¡Oh! ¡Oh!
Ahora la veo. Va muy rápidamente por el cielo, y se dirige hacia otra
cosa que - sé que es la tierra; puedo ver una silueta. Sí, es la
tierra. Y, ¡oh! ¡Oh! Veo agua que sube muy alto por los
lados de la tierra y las casas. ¡Oh! Es como, como si el mar
simplemente golpea sobre y bota los edificios.
¡Oh! Ahora Nuestra Señora desciende y señala hacia arriba.
Todavía puedo ver los edificios que han sido destruidos, y ver personas.
Están muy asustadas; corren en todas las direcciones.
Nuestra
Señora - "Hija
Mía, realmente es una escena triste la que debo enseñarte."
Verónica -Ahora veo a muchas personas tiradas en la tierra, y sé que
están muertas. Y ahora hay personas que tratan de cavar trincheras, pero
hay tantas que no las pueden enterrar. Y ahora hay - Nuestra Señora dice:
Nuestra Señora - "Mira, hija Mía."
Verónica - ¡Oh! Hay un caballo, un hombre y un caballo, pero hay
una luz que brilla sobre ellos y todo está verde. "Muerte y
Pestilencia"; escrito
encima de sus cabezas dice "Muerte y Pestilencia". ¡Oh!
¡Oh! Madre Santísima.
Nuestra Señora - "Hija Mía, debes rezar mucho por vuestro Vicario.
Él está pasando por una gran prueba; él lleva una cruz pesada.
Muchos de sus hijos son desobedientes a sus órdenes. El acepta la cruz
del martirio para la salvación de almas.
"Debes
continuar, hija Mía, en la dirección que te he dado en el pasado. Cerrarás
con llave tus puertas a todos menos a tus trabajadores más cercanos y a tu
familia. No será necesario entretener. El valor de
la oración es mucho mayor.
"Mi Hijo
está muy apesadumbrado, hija Mía, por la manera en que muchos vienen a Él en
Su Casa. Ellos vienen con irrespeto; no le tienen amor en sus
corazones. Hija Mía, por favor, ellos se llevan al camino de satanás.
Ellos no deben aceptar a Mi Hijo con pecado en sus corazones.
Muchos no van con Nuestros representantes. ¡Ellos aceptan a Mi
Hijo con pecado en sus almas! Grítalo, hija Mía, de los tejados;
¡debéis honrar la Eucaristía!
"Irás
adelante, hija Mía, con perseverancia y confianza en la providencia del Padre.
Serás dirigida si no dejas tus oraciones. Debes sacar tiempo de tu
horario ocupado para una meditación callada. Haz una costumbre, hija Mía,
de repetir a tus hermanos y hermanas que ellos deben usar sus sacramentales
dados como su armadura a través de los años.
"Penitencia,
hijos Míos, el mundo debe hacer una penitencia pesada.
Debéis mantener en el corazón el hecho que no podéis tener el mundo y
también el Reino de Dios. Porque amaráis a uno y rechazaréis al otro.
El mundo y el Reino de Dios no son compatibles. Cuando no sois de
la luz amaréis al mundo, pero si rechazáis el mundo encontraréis la luz.
"Tu, hija Mía,
debes aprender una lección sencilla. Si se te da tu recompensa en la
tierra, ¿qué puedes esperar en el Reino? Haz tu trabajo, hija Mía, en
secreto para que el Padre quien te ve, te recompensará en secreto. Es
solamente la flaqueza humana del orgullo que
hace que el hombre busque reconocimiento. Sí, hija Mía, el orgullo es un
pecado. Mortificación - esto, hija Mía, será enviada a ti con una razón.
Pronto tendrás necesidad de la mortificación, porque sólo de esta manera
recuperarás almas.
"Pongo, hija Mía, tu mano en la Mía, sabiendo que te protejo en
los días que están por venir. Pongo Mi manto azul sobre todos Mis hijos.
¿Qué hay que temer sino al temor? ¡Afronta el temor, hija Mía, y
pronto desaparecerá! Yo otorgo -"
Verónica - ¡Oh! Nuestra Señora abre Su, Su túnica. Su
manto es tan amplio, y Ella extiende Sus manos, así. ¡Oh! ¡Es
simplemente bello! Nuestra Señora dice:
Nuestra
Señora - "Otorgo sobre Mis amados hijos, aquellos de luz y fe, las
gracias para la conversión y la curación, la redención de las ovejas
descarriadas. Id hacia adelante, hijos Míos, en perseverancia y con gran
valor, sabiendo que Yo estoy siempre con vosotros."
Verónica - ¡Oh! Y ahora del cielo descienden los diamantes
resplandecientes más bellos. ¡Oh! Son como pequeñas astillas de
vidrio. ¡Oh! Caen en todos lados. Me hacen sentirme bien.
¡Oh! Y Nuestra Señora sonríe.
Nuestra Señora - "Gracias, hija Mía, gracias en abundancia.
Gracias con sólo pedir."
Verónica - ¡Oh! ¡Oh! Ahora detrás de Nuestra Señora
puedo ver - oh, es Santa Teresita. ¡Oh! Santa Teresita.
Santa Teresita - "Verónica, mi hermana, no debes dejar que el miedo
y la duda te Detengan. Trabaja con gran apuro para llegar hasta mis
hermanos y hermanas. Estamos muy apesadumbrados, ellas no se visten
adecuadamente. Su ejemplo es pobre y los conventos están vacíos.
¡Cuán tristes estamos aquí en el Cielo! ¡En dónde Encontraremos a
hermanas que guíen a las ovejas!"
Verónica - Ahora detrás de Santa Teresita hay muchas personas que
descienden. Todas son monjas; sé que son monjas porque están
vestidas con vestidos largos, y detrás de ellas hay hombres. Ellos tienen
hábitos color marrón con un cordón alrededor de sus cinturas, y sé que son
hermanos franciscanos por la manera en que están vestidos, y ellos tienen
sandalias. Ahora Nuestra Señora sonríe.
Nuestra Señora - "Hija Mía, ahora Nosotros no vemos mucho de esto
en tu mundo. Fuera de vista, fuera de mente. Los adornos externos
significan mucho. Debéis cubriros con buenos ejemplos. La
inmodestia es un pecado, hija Mía. Todos los cuerpos que se exponen se
quemarán. La gran llama de la Bola de la Redención quemará a todos los
cuerpos expuestos. Cubriros bien, hijos Míos, y seréis cubiertos con la
armadura de Dios. La impureza de corazón es fomentada por las acciones
lujuriosas, hijos Míos. No sólo pecáis, sino forzáis a otros al camino
de la destrucción por vuestras acciones. Madres e hijas, mujeres del
mundo, debéis ser un ejemplo de pureza y de piedad para vuestros hijos.
“Es sólo por vuestras acciones como padres de familia que vuestros
hijos aprenderán. Muchos padres de familia llorarán lágrimas amargas de
angustia cuando vean a sus hijos perdidos para siempre.
"En la gran
prueba que se avecina, hijos Míos, muchos jóvenes serán llevados del mundo.
En el gran Castigo muchos de Mis hijos serán removidos, algunos sin caer en el
profundo sueño. Sí, hija Mía, nada es
imposible con el Padre. Muchos serán llevados sin pasar por el
velo."
Verónica - Nuestra Señora quiere decir morir. Muchos serán
llevados sin conocer la muerte del cuerpo. ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!
Nuestra Señora - "Sí, hija Mía, las palabras en el Libro de la
Vida son ciertas. Hay dos que sobresalen en el campo; uno permanecerá y
el otro será llevado. Sí, hija Mía, no hay nada que temer. Todo
lo que suceda será bueno para aquellos de buen espíritu. El temor es
realmente una herramienta de satanás. Confianza, hija Mía, siempre
confianza en el
poder del Padre.
"Estamos
muy complacidos, hija Mía, con la colaboración entre Mis hijos que forman los
ejércitos en contra de satanás. Un día todos sabrán el conteo de las
almas recuperadas.
"Todos
vosotros debéis permanecer firmes en vuestra fe. No abandonéis la Casa
de Mi Hijo, la Iglesia. Sabed que no debéis juzgar la Casa de Mi Hijo por
las acciones del hombre. El hombre ha sido creado por el Padre, y el
hombre en su naturaleza humana puede caer, hija Mía. No juzguéis la
Iglesia de Mi Hijo por las acciones del hombre. Sabed que sin importar las
acciones del hombre, Mi Hijo siempre estará allí en la Eucaristía. Una
mano debidamente ordenada y consagrada de un representante legal, vuestros
sacerdotes, siempre podrá daros el Cuerpo de Mi Hijo en la Eucaristía.
Los enemigos de Mi Hijo desean quitar esta verdad de vosotros. Ellos dicen
que la Misa no es válida. Eso no es
cierto, hija Mía. A través del poder del Padre en el Espíritu,
Mi Hijo viene a vosotros. Él viene a vosotros físicamente y
espiritualmente en presencia. No aceptéis el error de vuestros días que
esto es una historia o mito, hijos Míos. Os aseguro que Mi Hijo está allí
con vosotros.
"Repito,
hijos Míos. Debéis comer del Pan de vida para ser nutrido.
¡Ese Pan es Mi Hijo! Él alimenta vuestra alma eterna. Sin
este Pan de vida no tendréis la luz dentro de vosotros. Permaneced cerca
de Mi Hijo en los tabernáculos del mundo, porque Él está muy solo, hija Mía.
"Los agentes del infierno buscan secuestrar el Cuerpo de Mi Hijo,
hija Mía. ¡Protégelo! No permitas que los agentes de satanás lo
profanen. Manos inmundas y sucias
lo arrebatan. Hija Mía, ¡salva a Mi Hijo! Yo ruego con Mis hijos
para que no coloquen el Cuerpo de Mi Hijo en manos que no están limpias.
No debes entregar el Cuerpo de Mi Hijo a manos que no están limpias. ¡Oh,
ay! ¿Qué será de esta generación
degenerada?"
Verónica - Nuestra Señora se ve muy triste. Ella pasa Su mano por
Su rostro. Ahora Nuestra Señora señala hacia Su pecho, y ahora aparece
un gran corazón rojo sobre el pecho de Nuestra Señora. Y, ¡oh! Hay
muchas espadas en Su Corazón. Y ahora Nuestra Señora coloca sobre Su
cabeza una chalina negra.
Nuestra Señora -"Ves, hija Mía, cuán profundo es Mi dolor.
Realmente soy la Madre de los Dolores. Haz muchos sacrificios, hija Mía.
Instruye a Mis hijos para que sigan el reglamento. Muchos caerán al
abismo porque no tienen a nadie que rece por ellos y que haga penitencia por
ellos. Caridad, hija Mía, debe extenderse caridad a todos. Las
obras sin caridad son obras que están muertas, hija Mía.
"Si tú,
hija Mía, encuentras tu camino lleno de espinas, debes saber que realmente estás
viajando por el camino de la cruz. No puedes esperar menos que mucho de lo
que Mi Hijo recibió cuando Él trajo el Mensaje al mundo. Porque si
llevas un mensaje que el mundo ya conoce, serías aceptada. Pero ya que
traes un Mensaje del Espíritu, aquellos que no son del Espíritu, te rechazarán,
hija Mía. Reza por ellos, porque el poder de la oración es grande.
"Reza mucho
por tus gobernantes, tu gobierno, tus escuelas y las Casas de Mi Hijo a través
del mundo. Una Casa, una Iglesia, en oscuridad lleva una banda de muerte
alrededor. Muchos cerrarán sus puertas cuando sucumban a la oscuridad.
Reza, hija Mía, una constante vigilia de oración. Oración, expiación y
sacrificio. Mi voz clama, porque el tiempo de acorta. Las arenas se
terminan, hija Mía."
Verónica - Veo un gran reloj de arena. Es un reloj muy grande, y
veo roja, no es arena de color rosado, y cae al fondo del reloj, pero parece
como que está lleno hasta un octavo ahora. Lleno hasta un octavo. Nuestra
Señora dice:
Nuestra Señora - "Sí, está lleno hasta un octavo. Ahora te
sentarás, hija Mía, y esperarás a Mi Hijo." (Pausa).
Verónica - todos los que pueden, por favor arrodíllense. Ahora
Nuestra Señora desciende hacia el lado derecho del asta de la bandera, y ahora
detrás de Ella está Jesús. ¡Oh! ¡Oh! Está tan brillante,
la luz es tan brillante. Ahora Jesús desciende. El ahora está de pie
delante de Nuestra Señora.
Nuestra Señora va hacia Su lado derecho; Ellos están del lado
derecho del asta de la bandera. Ahora Jesús se mueve hacia allí.
¡Oh! San Miguel desciende. ¡Oh! Ahora él está vestido en
una falda larga, una túnica; es blanca con un cincho dorado, como un
lazo alrededor de su cintura.
San Miguel lleva la balanza en su mano derecha, y él sostiene en su mano
izquierda un reloj de arena, el gran reloj de arena, así. Ahora Jesús
viene hacia adelante.
Jesús - "Escucha, hija Mía, esta instrucción. No falta mucho
antes que Mi Madre use muy pocas palabras. El Mensaje será dado íntegramente
al mundo. Este Mensaje será divulgado a través del mundo, unido por
muchos videntes en muchos lugares. Cuando el mundo haya sido cubierto,
todos serán puestos a prueba. Debes saber que será enviada sobre la
humanidad una Advertencia de gran proporción, y si esto pasa sin atender, todos
recibiréis un gran Castigo. Todos los que son de buen espíritu no tendrán
necesidad de temer, porque todo será bueno para aquellos de buen espíritu.
No desechéis las gracias necesarias para vuestra redención. Mi Madre
permanecerá a vuestro lado durante los días de la prueba. A todos se les
dará en juicio de acuerdo a sus éritos. Nadie caerá al abismo a menos
que sea por su propia voluntad. Es la voluntad del Padre que nadie sea
perdido a satanás. Usad vuestros sacramentales y mantened en mente las
instrucciones de Mi Madre, porque Ella ha sido enviada como una Mediadora.
No toméis Sus palabras a la ligera, porque Ella os ha dado la luz de la verdad."
Verónica - Ahora Jesús coloca Su mano delante de Él, así, y Él hace
ahora la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo.
Ahora Jesús
ve hacia abajo; Él sonríe. ¡Oh! Y Él extiende Su mano y hace la
señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra Señora
y Jesús se elevan, muy alto, por el asta de la bandera. Casi llegan a la
punta. Ya hora Ellos se mueven hacia el lado izquierdo, nuestro lado izquierdo.
Ahora Jesús desciende; Él está justamente de pie por encima del
estandarte. ¡Oh! Él va pararse sobre él. No. Ahora
desciende, Jesús, por el árbol, y extiende Su mano, así, y hace la señal de
la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Ahora
Nuestra Señora toma Su Rosario - Ella tiene un Rosario muy grande - las cuentas
blancas y ahora el crucifijo. No tiene cuerpo, pero es un crucifijo grande,
y Nuestra Señora lo coloca delante de Ella.
Nuestra Señora - "Os bendigo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo."
Verónica -Y ahora Nuestra Señora coloca la cruz cerca de Su Corazón,
sobre Su pecho, así. Sus manos están cruzadas, así. Ahora Nuestra
Señora se eleva. Ella va hacia atrás, arriba, arriba por el asta de la
bandera y Ella ve ahora hacia abajo del lado derecho, y Nuestra Señora ahora
extiende Su crucifijo delante de Ella: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo.
Ahora, Jesús se
eleva; Él va hacia arriba. El simplemente flota; Él es
simplemente llevado por el viento, y Él está de pie al lado de Nuestra Señora.
Jesús - "Continuad, hijos Míos, con vuestras oraciones.
Muchas se necesitan."
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Revised: February 03, 2010