Nuestra
Señora de las Rosas, María Auxilio de Madres
10 Febrero 1975
- Víspera
de la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes
Verónica - El cielo se pone más claro.
Está iluminado por una bella neblina azul.
Es como si la luz penetrara dentro de la oscuridad.
Veo un diminuto punto de luz, pero se vuelve redondo.
¡Oh!
Ahora,
viniendo a través del centro de la luz está Nuestra Señora.
Oh, Nuestra Señora está vestida en una túnica blanca vaporosa;
parece ser una sola pieza. Pero
no, la parte superior de Su manto baja hasta casi el centro de Su túnica. Y Ella tiene la banda azul más bella amarrada en el centro
de Su túnica. ¡Oh!
Ahora
Nuestra Señora se adelanta, y Ella tiene Sus manos unidas, así.
Ahora en las manos de Nuestra Señora están Sus Rosarios.
Son bellos, los Rosarios muy grandes.
Parecen quedarle cómodamente en Sus manos, a pesar que las cuentas son
muy grandes - los Padrenuestros dorados y las Avemarías blancas.
Nuestra Señora ahora señala hacia el lado derecho, Su lado izquierdo.
Veo ahora una pequeña figura. Oh,
es una pequeña niña. Ella tiene
puesto un par de lo que parecen zapatos de madera, que salen debajo de su
vestido. Ella tiene puesta una falda, como una niña de campo.
Sus vestidos son muy... oh, de apariencia muy tosca, el material.
Y ahora ella coloca alrededor de su cabeza una bufanda, como un pañuelo.
Ella lo amarra ahora debajo de su barbilla.
Oh, yo sé ahora quien es. ¡Ella
es Bernadette!
Nuestra
Señora viene hacia adelante. Ella
ahora toma Sus manos y amarra Su Rosario a Su cintura.
Nuestra Señora - "Sí, hija Mía, tu visita esta noche es Bernadette.
"Comprenderás bien, hija Mía, que la cruz es siempre pesada.
Humildad y el sacrificar tus instintos mundanos harán mucho más rápida
tu ascensión a la santidad. Es
realmente la voluntad del Padre lo que harás.
“El
Mensaje que se te ha confiado, hija Mía, debe divulgarse al mundo con gran
prontitud. El tiempo se acorta.
“Muchos
de Nuestros hijos han escogido rechazar Mis palabras. Muchas lágrimas serán derramadas en reconocimiento, pero
demasiado tarde, hija Mía, demasiado tarde, hijos Míos."
Verónica - Ahora Nuestra Señora señala hacia el lado izquierdo,
alto en el cielo. Y ahora hay un...
puedo ver una tierra - dos tierras. Y
por encima de cada una - es como un tabloide - hay una cruz negra profunda.
Ahora una voz - es una voz alarmante - clama. Retumba, la voz; es aterradora. "¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra! ¡La sangre fluirá en las calles! ¡Revolución por la corrupción! ¡Revolución por la corrupción!"
Ahora
Nuestra Señora se adelanta.
Nuestra Señora - "Sí, hija Mía, será realmente una vista muy
terrible. La sangre fluirá en las
calles. Hermano contra hermano, madre contra hija. El pecado le dará muy poco valor a la vida.
Guerras, y la gran Guerra para terminar todas las guerras, son un castigo
por estos pecados."
Verónica - Nuestra Señora señala hacia arriba, y veo a dos
dignatarios. Ellos... ellos parecen
como cardenales. Ahora uno sostiene
una llave, una llave dorada muy grande, y ahora el otro cuenta lo que parecen
ser monedas grandes de plata.
Nuestra
Señora desciende, justamente a la par del asta de la bandera.
Nuestra Señora - "Ves, hija Mía, están recrucificando a Mi Hijo
por monedas de plata, por ganancias mundanas.
Es el tiempo vuelto a repetir. Vuestro
mundo está en una oscuridad espiritual mucho peor que en el tiempo de Noé.
“Satanás
ha envenenado muchas mentes. Vuestra
nación ha empezado por el camino hacia su propia destrucción.
El hombre de ciencia desechará lo sobrenatural, hijos Míos.
Vuestra nación será purificada por una prueba.
Muchas naciones en vuestro mundo serán purificados con una prueba -
prueba, hijos Míos.
“El
poder de la oración es grande. Debéis
rezar por aquellos quienes se han puesto en contra de Mi Hijo.
Aún ellos pueden ser devueltos por vuestras oraciones y vuestros actos
de sacrificio.
“Los números contados, hija Mía, que han de ser salvados están en los pocos.
"Nuestros
Corazones en el Reino están apesarados por el conocimiento que los pequeños niños
están siendo mal guiados. Maestros en la Casa de Dios, ¿os pararéis delante
del Padre y diréis que vuestras enseñanzas han sido puras a Su vista?
¡No! No lo haréis, porque
Nosotros os vemos y encontramos que estáis deficientes.
¡Despertad ahora de vuestra oscuridad de espíritu!
¡Retornad a una vida de oración! Habéis
entrado en vuestro mundo y os habéis entregado a los placeres y a la destrucción
de la carne, y tristemente, ¡a la destrucción de vuestra alma eterna!
“El
Padre ve dentro de los corazones de la humanidad. ¡Toda manera de inmundicia y abominaciones están allí!
¿Os lavaréis en sangre? ¡U
os pondréis de rodillas ahora y haréis expiación al Padre, el Padre Eterno,
por las muchas ofensas que ahora están colocando sobre vosotros un castigo como
nunca ha sido visto por la humanidad! Os
quemaréis, hijos Míos, en vuestros pecados.
La Bola de la Redención no ha sido vista por la humanidad ahora, pero os
aseguro, hijos Míos, ¡que la Bola se aproxima!"
Verónica - Nuestra Señora señala hacia arriba.
Y veo... ¡veo una enorme bola! Es...
es como una bola de fuego, y va muy rápidamente a través del cielo.
Y detrás de ella dispara estas corrientes de fuego y piedras, y, ¡ a
pesar de lo lejos que está, puedo sentir el calor!
¡Oh! ¡Oh!
Es tan grande; se siente como que casi estuviera encima de nosotros.
Pero hacia... hacia nuestra derecha, puedo ver otra bola enorme.
Es como... ¡es como ver dos soles en el cielo!
¡Oh!
Ahora
Nuestra Señora desciende de nuestro lado izquierdo, mucho más cerca.
Nuestra Señora - "Tiemblas, hija Mía. No hay necesidad de temer, porque todo estará bien para
aquellos de verdadero espíritu.
“El
abismo está muy abierto, hijos Míos. Sobre
vuestra tierra hay criaturas del infierno.
Debéis permanecer cerca de Mi Hijo en la Eucaristía.
Satanás ha colocado muchas maneras para atraparos.
Él tomará posesión del cuerpo de un alma caída - cualquier hombre,
mujer o niño.
“Todos
los padres de familia deben mantener la Fe en los corazones de sus hijos.
Debe llevarse una constante vigilia de oración en vuestra nación y a
través del mundo. Habrán días de una oscuridad profunda."
Verónica - Ahora veo una gran bola con una cruz en la parte
superior, y a un lado de la bola, aparece una escritura en el cielo.
Es una "Y", una "Y" muy grande.
Parece casi como una "U" con un trazo hacia abajo.
Ahora
Nuestra Señora eleva Su mano y señala hacia acá, y ahora ha desaparecido.
Ya no puedo ver la bola con la cruz en la parte superior.
Nuestra
Señora se adelanta.
Nuestra Señora - "Hija Mía, debes trabajar con mucha rapidez.
Los enemigos del Padre en el Reino se han dispuesto para destruir el
conocimiento que os ha sido dado a través de los siglos.
Debéis reunir los libros de verdad.
Muchos han sido vueltos a escribir para destruir vuestra Fe.
“Recordad,
hijos Míos, que nadie entrará al Reino excepto a través de Mi Hijo, porque Él
es realmente el camino.
“Vuestro
cuerpo es el templo de vuestro espíritu. Os
vestís en inmundicia y en toda clase de abominaciones.
Castidad, piedad - vuestras palabras se pierden, son cambiadas a corrupción
e inmoralidad.
“El
camino al Reino, hijos Míos, es un camino angosto. Muchos lo buscan pero no han tenido la perseverancia ni la
gracia para permanecer sobre este camino angosto. Una vez se ha dejado, hijos Míos,
encontraréis que es muy difícil regresar.
“Sé
que los días se acortan, y muchos serán llevados de vuestro mundo.
Ahora todos debéis vivir vuestras vidas como si fuerais a pasar el velo
mañana. No desperdiciéis el
tiempo que queda, hijos Míos, en reunir ganancias mundanas.
Es mejor que paséis este tiempo en reunir vuestras gracias, vuestros méritos
que serán sumados más allá del velo.
“Si
vosotros, hijos Míos, leéis el verdadero Libro de la Vida, vuestra Biblia,
encontraréis que os fueron dadas muchas advertencias por Nuestros profetas,
advertencias de estos días en los que ahora vivís. Debisteis tener cuidado de los falsos profetas y falsos
maestros. Vendrán a vosotros como
ángeles de luz con corazones voraces. Serán
miembros de la sinagoga de satanás.
“No
seas engañada, hija Mía, por aquellos quienes han ensuciado sus vestimentas.
Nosotros en el Reino hemos tenido Nuestros Corazones destrozados por el
conocimiento que muchos de Nuestros clérigos han destruido sus vocaciones. Han traído deshonor e irrespeto a sus vocaciones.
Reza por ellos, porque satanás se ha dispuesto a reclamarlos.
Soy, hija Mía, realmente una Madre de gran angustia!
“Debéis
reconocer las fuerzas del mal que ahora andan sueltas sobre vuestro mundo, hijos
Míos. No debéis seguir como
ovejas al matadero. Vuestra
obediencia es con el Padre Eterno.
“Os
hemos dado a través de los siglos pasados el conocimiento para vuestra redención.
El hombre se ha colocado, en su arrogancia, para ser adorado.
¡Ningún hombre se pondrá por encima del Padre Eterno! El hombre sobre
vuestra tierra viaja por el mismo camino que los ángeles caídos.
Su arrogancia será su destrucción.
"El
Padre ahora está en el proceso, hija Mía, de separar a las ovejas de las
cabras. Cada hombre, mujer y niño
recibirá una marca sobre él. Será
la marca de la cruz o la marca de la bestia.
“Sí,
hija Mía, hay mucha maldad en tu gobierno y en los gobiernos del mundo.
¿No conocéis los signos de vuestros tiempos?
Sabed que - y ahora repito: ahora
estáis viviendo en los últimos días. Preparaos
ahora, mientras todavía tenéis el tiempo.
Bendita es el alma que ha tomado Mis palabras y ha actuado de acuerdo a
ellas.
“Os
bendigo a todos, hijos Míos, como hijos de la Luz. Estaré con vosotros hasta la Segunda Venida de Mi Hijo.
Todos aquellos quienes estéis agobiados con vuestra cruz, venid a Mí y
os consolaré. Venid a Mi Hijo en
los tabernáculos del mundo. Apresuraos, hijos Míos;
los agentes del infierno están sueltos y han iniciado un plan ahora para
cerraros estos tabernáculos. Apresuraos
ahora; reunid vuestras gracias,
hijos Míos, ¡mientras todavía hay tiempo! Pasad mucho tiempo con Mi Hijo en
la Eucaristía. Es realmente el Pan
de vida. Será un día muy oscuro,
hija Mía, cuando estos tabernáculos se os cierren.
“No tengas miedo, hija Mía, de los días venideros.
El Espíritu de la verdad nunca será removido de entre vosotros.
Todos os reuniréis como los ejércitos del Cielo.
Como pájaros de una camada, os reuniréis en bandada.
“Te
repito, hija Mía, Mi instrucción del pasado. Debes permanecer en retiro de tu
mundo. Debo prevenirte en este
momento que cierres con llave tus puertas a todos menos a tu familia inmediata y
a los trabajadores más cercanos. Satanás
tiene muchos agentes. Ellos vendrán
a ti en muchas formas de engaño. Aprende,
hija Mía, a reconocer los rostros del mal.
“Haced mucho uso de las aguas benditas, las santas aguas que se os han dado. Usad vuestros sacramentales. Instruid a vuestros hijos para que nunca se quiten estos sacramentales de sus personas. Las fuerzas del mal se multiplican entre vosotros.
"Vosotros,
hijos Míos, estáis siendo probados por el Padre.
Id hacia adelante en perseverancia y fortaleza y os ganaréis vuestras
coronas."
Verónica - Ahora Nuestra Señora extiende Su mano, así, con Su
crucifijo del bello Rosario, y hace la señal de la cruz: En el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Nuestra
Señora sonríe. ¡Oh!
Nuestra Señora - "No
esperamos, hija Mía, que reacciones de cualquier otra manera que no sea tu
manera de vida mundana y con los ataques sobre ti. A medida que avanzas en más gracia, encontrarás que te
importará menos la opinión de la humanidad y más el amor del Padre.
“Permitimos
muchos sufrimientos sobre ti, hija Mía. Es
por una razón. Encontramos que tu
estado de ocupación mundana ha dejado muy poco tiempo para la meditación
silente.
“Es
sólo con el sufrimiento, hija Mía, que aprenderás la compasión por el que
sufre. El mundo, hijos Míos, ha
olvidado el valor del sufrimiento. Cuántas
gracias ganáis cuando hacéis buen uso de vuestros sufrimientos y de vuestras
pruebas, porque tenéis dentro de vuestro poder las gracias que pueden recuperar
a muchas almas que esperan, del Purgatorio.
Vuestros actos de sacrificio y sufrimientos también pueden rescatar a
vuestros hermanos y hermanas quienes, de otra manera, caerían rápidamente en
el abismo, porque no tienen a nadie quien se sacrifique ni quien haga penitencia
por ellos, hija Mía. Pedimos
muchas almas víctimas, hija Mía, víctimas para el misericordioso Corazón de
Mi Hijo, víctimas quienes se ofrecerán para el equilibro para la humanidad.
“No
esperamos, hija Mía, que comprendas todo en este momento.
Hay muchas cosas que te son desconocidas, porque no serían sagradas si
se revelaran.
“En
los días por venir, aprenderás mucho de lo sobrenatural.
Serán dadas muchas manifestaciones a Nuestros hijos.
Sabed que realmente tenéis la gracia cuando habéis sido llamados a
venir debajo de Mi manto de amor.
Verónica - Nuestra Señora ahora extiende Sus brazos.
Y ¡oh, es simplemente bello! Ahora
tiene puesta esta capa; es una capa
color azul pálido. Y Ella extiende
la capa, y a medida que Ella hace esto, haces de luz son emitidos de la capa y
de Sus manos, y es tan bonito y cálido y tan bello que uno se siente como... No
hay palabras; no lo puedo explicar...
completamente... no lo puedo explicar... felicidad y gozo y paz.
¡Oh!
Nuestra
Señora ahora habla muy quedamente.
Nuestra Señora - "Sí, hija Mía, es una verdadera paz más allá
del velo; una belleza más allá de
todo lo que puede dársete en este momento.
Os pedimos, hija Mía e hijos Míos, que creáis, porque cuando lo hagáis,
se os dará el camino. Sabed que
nada es imposible para el Padre Eterno. Aparecerá
delante de vuestros mismos ojos.
"Las fotografías milagrosas, hijos Míos, serán dadas en gran número.
Serán testigos reales de Mis palabras.
Es un hecho triste en vuestra era, hijos Míos, que muchos no creerán a
menos que vean.
“Iréis
ahora hacia adelante en vuestra Misión, llevando las palabras del Reino.
No os debéis preocupar mucho si son aceptadas o no.
Llevaréis la palabra y si es arrojada a un lado, continuaréis vuestro
camino, porque hay miles quienes necesitan la gracia, hijos Míos."
Verónica - Ahora Nuestra Señora va hacia la parte superior del
asta de la bandera, justamente arriba del asta de la bandera.
¡Oh! Y Ella está ahora allí
de pie, y Nuestra Señora eleva Su cruz, el crucifijo, en Su Rosario: En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Nuestra Señora - "Ahora te sentarás, hija Mía, y esperarás a Mi Hijo. (Pausa).
"No me voy. Siempre
estoy con Mis hijos en estos terrenos sagrados.
La cerca, hija Mía, es sólo material, y no del espíritu.
El mundo y el espíritu no son una cosa.
Las cosas del mundo pertenecen al mundo y aquellas del espíritu no
pertenecen a tu mundo. Es infructífero
dejar la Luz afuera, porque la luz, hijos Míos, perforará la oscuridad."
Verónica - Ahora Nuestra Señora extiende Su mano, así. Y, oh, emanan estos haces de luz de Sus manos. ¡Oh! Se extienden completamente... van por encima de nuestra cabezas. ¡Oh! ¡Oh! No sentí nada, el calor, pero son tan brillantes que me duelen mis ojos al verlos. ¡Oh!
Ahora Nuestra Señora va hacia el lado izquierdo del asta de la bandera.
Nuestra Señora - "Hay gracias, hijos Míos, gracias en abundancia,
gracias con sólo pedirlas: curaciones
y conversiones, curaciones del cuerpo y del espíritu."
Verónica - Oh, ahora se pone muy brillante detrás de Nuestra Señora.
Y veo a San Miguel. Oh, San
Miguel desciende. Él está
justamente detrás ahora del árbol del lado izquierdo.
Y San Miguel desciende, y detrás de él veo... parece ser un hermano o
sacerdote. Nuestra Señora dice,
"Juan Bosco" ¡Oh!
¡Oh! Oh, y también hay muchos, ahora, sacerdotes y monjas.
Lo sé por sus hábitos que ellos son clérigos, y monjas, y ellos todos...
No puedo ver sus rostros muy claramente, pero se puede sentir la sensación de
gozo y paz. Ahora Nuestra Señora
se inclina.
Nuestra Señora - "Hija Mía, percibes correctamente.
Es sólo al seguir las reglas que han sido establecidas por el Padre
Eterno que el hombre puede encontrar una verdadera paz de corazón.
No habrá paz sobre vuestra tierra sin Mi Hijo.
Rechazadlo y rechazaréis la vida. Seguiréis
las reglas dadas por el Padre Eterno, vuestros Mandamientos, porque si quebrantáis
estos reglamentos romperéis vuestro espíritu.
"Vuestra
nación y muchas naciones del mundo se han entregado a satanás.
Ellos ahora buscan unir las Casas de Mi Hijo, las Iglesias, con el mundo.
Y ahora sabed, que si esto llegase a suceder, cuando el mundo y la
Iglesia de Mi Hijo sean una, el fin ha llegado.
“Rezad
una constante vigilia de oración. ¡Gritad
mi Mensaje desde los tejados! Apresuraos, hijos Míos; Debo imploraros que os apuréis porque el tiempo viene.
“Se
te enviarán, hija Mía, muchos brazos para ayudarte.
“Debes
saber que tus ataques son fomentados por satanás para detener tu buen trabajo.
Debes reconocer esto, hija Mía, y continuar luchando la buena pelea.
Recuerda esto: Usa tus
sacramentales en todo momento. Llama
frecuentemente a tu guardián. Llama
a tus ángeles, hija Mía. El mundo
se ha olvidado de estos guardianes. Hazlo
saber a Mis hijos que en estando en gracia ellos tienen a su lado un guardián.
Su ángel no se ha ido; sin
embargo, muchos buscan enviarlo lejos y aceptan uno del abismo - un agente del
infierno.
“Vuestra
vida sobre vuestra tierra, hijos Míos, será una de batalla constante.
Es un camino lleno de espinas, pero vuestros brazos serán llenados de
rosas cuando lleguéis al final de vuestro camino.
¿No vale la pena rezar y esperar por esto, hijos Míos?
¿No vale la pena sacrificarse y salirse del pecado por esto?
“Amén,
hijos Míos, os digo: No falta mucho ahora antes que comprendáis Mis palabras
que os he dado en el pasado. Rezad
una constante vigilia. Regresad de
vuestras maneras que ofenden muchísimo al Padre.
Arrepentíos de vuestras maneras y seréis aceptados de vuelta en el
Reino. Ningún hombre caerá al
infierno a menos que haya escogido este camino por su propia voluntad libre,
hija Mía.
“Yo
soy vuestra Madre, y el guardián de Mis hijos.
Vengo a vosotros como Mediadora entre Dios y el hombre.
Ahora estamos en batalla contra satanás, hijos Míos.
Reconoced los signos de vuestros tiempos.
Estáis, repito, en los últimos días.
Rezad una constante vigilia de oración."
Verónica - Nuestra Señora extiende Su mano.
(Pausa).
Todos los que pueden por favor arrodíllense.
Ahora
Jesús está de pie justamente por el asta de la bandera.
Él tuvo que esperar a que terminaran parte de las oraciones de expiación.
Jesús
viene hacia aquí. El cielo está
muy iluminado. Y detrás de Jesús
están San Miguel, oh, y Nuestra Señora. Nuestra
Señora también está con San Miguel, detrás de Jesús.
Jesús
viene hacia aquí. El está
justamente entre los árboles ahora. El
ha entrado dentro del área cercada. ¡Oh!
Y Nuestra Señora y San Miguel están detrás de Él.
Y
Nuestra Señora tiene puesta una bella corona dorada sobre Su cabeza.
Está incrustada con todas las piedras preciosas.
Puedo ver las verdes - deben ser esmeraldas - y azules, y una pálida -
casi rosada. ¡Bellas!
¡Oh, la corona es simplemente bella!
Está hecha como con puntas en forma de V, en espiral, en la parte
superior, y están incrustadas en la parte superior de estas puntas estos pequeños
diamantes. Se ven como diamantes.
Son piedras blancas muy brillantes, piedras como vidrio, y son bellas.
Puedo ver la corona de Nuestra Señora muy claramente debido a la luz.
Hay una luz muy blanca en todo el contorno de Jesús y de Nuestra Señora
y también de San Miguel.
San
Miguel tiene puesta una túnica blanca. Ahora
va hacia el lado izquierdo de Jesús.
Jesús
está vestido todo de blanco esta noche. Yo...
Es la primera vez que Él está sin Su capa roja.
Él está todo de blanco. Él
tiene puesta una túnica blanca que está muy suelta alrededor de Sus brazos.
Es muy, muy amplia. Y Jesús
tiene puestas estas sandalias de color marrón. Son
como - oh, piel, creo que están hechas de eso.
Se ven como cuero color marrón. Tienen
una tira y una pieza que cruza Su empeine.
Puedo ver las sandalias.
Ahora
Jesús eleva Su mano delante de Él, así,
y Él hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo.
Jesús - "Hija Mía, no tengo que repetir ni darle más énfasis a las palabras de Mi Madre. Comprendéis claramente que vuestros días están contados entre los pocos antes que un gran castigo venga sobre la humanidad.
"Debo urgiros en este momento que os preparéis para los días que
han de venir. No os preocupéis por
la opinión de los demás. Rezaréis
por ellos, y a ellos les será dada la Luz."
Verónica - Ahora Jesús se mueve hacia el lado derecho del asta
de la bandera, y extiende Su mano, así: En el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo.
Y
Jesús viene hacia acá.
Él va de vuelta al lado izquierdo del asta de la bandera, y El ve hacia
abajo. Y hay un poco de viento,
porque a medida que Nuestra Señora Lo sigue ahora con San Miguel, Sus
vestimentas ondean muy, muy, muy suavemente.
Se siente cálido. Los rayos que emanan - casi los puedo sentir;
son muy cálidos - de Jesús y de Nuestra Señora.
Es una bella luz. Es...
Parecen estar todos encendidos. No
lo puedo explicar. ¡Oh, es bello!
Ahora
Jesús ve hacia abajo, y extiende Su mano, y ahora hace la señal de la
Trinidad: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Jesús - "Mi Madre estará con vosotros en estos terrenos
sagrados durante los días venideros. La
paz que pedís no podrá ser dada en este momento. Los pecados de la carne han impuesto una gran penitencia
sobre vuestro mundo. Ahora todos
rezaréis y haréis expiación, pero esto lo haréis de rodillas.
“Si
las palabras de Mi Madre pasan desapercibidas a esta generación mal agradecida,
¡os aseguro que no será mucho antes que seáis forzados a vuestras rodillas!
¡Apresuraos, poned atención y escuchad, porque las advertencias que se os han
dado son urgentes! Las arenas del
tiempo se terminan rápidamente, y no tendréis otra oportunidad de darle vuelta
al reloj de arena.
“¡Oración,
expiación y sacrificio! Usad
vuestros sacramentales, y no desperdiciéis el equilibrio de vuestro tiempo en búsquedas
mundanas ociosas de la carne. Muchas
almas han caído al abismo porque no buscaron practicar la verdad.
Y, ¿cuál es la verdad? Me preguntaréis.
Se os ha dado, a pesar que el hombre ha escogido en este momento
mancillarla.
“Aquellos
a quienes Hemos escogido para ser vuestros líderes, ¡los vemos y los
encontramos deficientes! Ellos
atenderán esta advertencia, ya que el rango no será garantía de la corona en
el Reino. Una reversión completa y
rápida de las maneras del hombre debe hacerse ahora - ¡y digo ahora!
¡Porque vuestro futuro será ahora!
Verónica - Ahora Jesús se mueve hacia el lado derecho del asta de la bandera. Él asciende con Nuestra Señora, quien está detrás de El y San Miguel. Y puedo ver lejos a la distancia, muchos ángeles. Puedo saber por sus túnicas, ángeles.
Ahora Jesús se inclina.
Jesús - "Son ángeles, hija Mía, pero vienen de tu
tierra. Ves a aquellos quienes han
purificado sus almas y lavado sus túnicas en la sangre del sacrificio como víctimas,
víctimas de la injusticia del hombre sobre vuestra tierra.
Ellos se han entregado como víctimas para mantener la Fe.
Antes que tu mundo llegue a su cortina final, hija Mía, habrán muchos
quienes usarán las túnicas del martirio."
Verónica - Ahora Jesús asciende por encima del asta de la
bandera, y ahora El gira hacia Nuestra Señora.
Y Nuestra Señora extiende Su Rosario con el gran crucifijo dorado: En el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Ahora
Jesús se inclina.
Jesús - "Continuad ahora, hijos Míos, con vuestras
oraciones de expiación. Muchas son
necesarias, porque satanás ha envenenado a muchas mentes."
Verónica - En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo. Amén. (Verónica reza el
Padre Nuestro y las oraciones de Fátima).
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Revised: February 03, 2010