Nuestra
Señora de las Rosas, María Auxilio de Madres
14
Septiembre 1976 - El Triunfo de la Cruz y la Víspera de Nuestra Señora de los
Dolores
Verónica - Hay
dos largos rayos de luz azul que vienen a través del cielo desde muy lejos detrás
de la estatua de Nuestro Señora. Allá
a nuestro lado izquierdo, al final del rayo de luz, viene Nuestra Señora, y en
el otro rayo de luz, viene Jesús. Es
casi como una alfombra de azul sobre la cual Nuestra Señora y Jesús caminan;
sin embargo, Ellos no caminan. Ellos
se deslizan, se adelantan como si fueran traídos por el viento.
Jesús
está de pie con Su mano sobre Su Corazón.
Su capa es como un manto, Su capa, porque cubre Su cabeza y Sus hombros y
llega hasta abajo.
Jesús - "Vengo
con Mi Madre, hija Mía; no es Mi costumbre usual.
Pero debido a esta gran prueba sobre tu familia, Me he unido a Mi Madre
para darte tu Mensaje, uno corto, hija Mía.-
Las más grandes pruebas, hija Mía, serán dadas a los que han sido
escogidos para misiones especiales sobre vuestra tierra.
Es verdaderamente el camino de la cruz.
Mi Madre y Yo estamos unidos con el símbolo de Mi cruz ante la humanidad."
Verónica - Ahora
alto en el cielo arriba de Jesús y de Nuestra Señora se aparecen dos enormes
corazones. Y los corazones ahora se
juntan en el centro, y hay una banda alrededor de ellos.
Es como una corona de espinas que es colocada alrededor de los dos
Corazones Inmaculados.
Nuestra
Señora se adelanta. Ella está de pie directamente arriba de Su estatua.
Nuestra Señora - "Hija
Mía, te damos gran prueba durante tu vida.
No cuestiones los caminos del Padre Eterno en tu angustia, hija Mía.
El camino al Cielo siempre estará lleno de espinas, ya que tu
peregrinaje sobre tu tierra es un peregrinaje de tristeza, de prueba, que
requiere perseverancia, esperanza y fe.
“Hija
Mía, Nosotros pedimos almas víctimas, víctimas para hacer penitencia a través
de sacrificio para el Padre Eterno, Quien ve una generación que se ha vuelto
perversa.
“Vuestro
Santo Padre en Roma sufre mucho, ya que hay muchos traidores dentro de las filas.
“Hijos
Míos, rezad una constante vigilia de oración por vuestro clero.
La más grande de las abominaciones está entrando en los corazones y en
los hechos de Nuestros dedicados, Nuestro clero.
Debido a las oraciones de muchos, debido a los sacrificios hechos por los
pocos - y digo pocos - hay algunos de gran rango que comienzan a ver la Luz.
Digo esto, hijos Míos, no en términos poéticos, sino como un hecho
real.
"Habrá guerras. Habrá
hambruna. Será hermano contra hermano, y hermana contra hermana, ya
que el pecado se ha vuelto una forma de vida para muchos.
Los frutos del pecado son la muerte, muerte del espíritu.
No estéis preocupados, hijos Míos, por la muerte del cuerpo, ya que es
el alma eterna la que el Padre busca ganar."
Verónica - Nuestra
Señora ahora se eleva alto en el cielo, y saca Su Rosario de Su cintura y
extiende el crucifijo de Su bello Rosario, así, y hace la señal de la cruz:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra Señora - "Os
bendigo a todos, hijos Míos. Con
Mi Hijo os bendigo, como el Padre os bendice, y envía por Mi Hijo con Su
reconocimiento, al Espíritu de verdad entre vosotros."
Verónica - Jesús
sonríe. Puedo ver a través de la
tremenda luz que viene de Su rostro. Ilumina
toda el área alrededor de nosotros. Jesús
ahora lleva Su dedo índice a Sus labios, lo cual significa escuchar.
Jesús - "Hijos
Míos, a través de incontables años terrenales, Mi Madre ha ido por vuestro
mundo llevándoos una advertencia, una dirección del Cielo, para que regreséis
de vuestros caminos que ofenden mucho al Padre Eterno.
Muchas advertencias han sido dadas a la humanidad, y muchas más serán
dadas, estas advertencias aumentarán en intensidad hasta que el hombre estará
envuelto en una gran guerra.
"Hija Mía, especulas mucho acerca del Aviso venidero.
Te he pedido muchas veces que no especules sobre fechas, pero te doy un
indicio cuando el tiempo estará maduro. Cuando
veáis, cuando oigáis, cuando sintáis la revolución en Roma, cuando veáis al
Santo Padre huyendo, buscando refugio en otra tierra, sabed que el tiempo es
maduro. Pero rogad e implorad que
vuestro buen Pontífice no salga de Roma, porque ello permitirá que el hombre
de secretos oscuros capture su trono.
“Hay
uno en vuestro mundo ahora de mal espíritu suelto entre la humanidad.
Toda clase de inmundicia y abominaciones son arrojadas sobre la humanidad.
El hombre de secretos oscuros, el señor 666, el agente del infierno, las
fuerzas del mal, ahora están entre vosotros.
Muchas mentes han sido envenenadas por satanás, hijos Míos.
Reconoced los rostros del mal a vuestro derredor.
No caigáis presa a toda clase de experimentación, del modernismo y del
humanismo, ya que el satanismo sigue cercanamente.
"Muchos líderes quienes llevan los Sombreros Rojos, hijos Míos -
rezad por ellos, porque muchos han caído a satanás.
Os digo, como vuestro Dios: Regresad, Sombreros Rojos, ya que vosotros,
también, encontraréis los fuegos del infierno.
El Sombrero Rojo se ha caído, y el Sombrero Púrpura está siendo mal
guiado. ¡Ay, ay, ay de los habitantes del mundo!
¡Las casas volarán con el viento, y la piel se secará y volará de los
huesos como si nunca hubiese estado! Ojos
verán y todavía no creerán, tan grande es el poder de satanás ahora sobre la
humanidad.
“Os
advierto ahora, hijos Míos, que tenéis que regresar y comenzar de nuevo.
No renovéis Mi Iglesia encomendándola a satanás, destruyéndola.
No podéis destruir la base. Derrumbáis
las paredes. Como ratas excaváis,
oh, Sombreros Rojos, la base de Mi Iglesia.
Os digo que no hay un hombre vivo sobre la tierra ahora quien escuche Mi
voz, que no enfrentará gran prueba por delante.
“Mi
Madre, vuestra Madre, la Mediadora entre Dios y el hombre - respetadla, escuchad
Su mensaje ya que Ella llega a través del Corazón misericordioso del Padre
Eterno a una generación perversa que se está cayendo por su propia destrucción.
Corréis de aquí para allá, vuestros científicos corren hacia adelante
y hacia atrás, siempre buscando e indagando pero nunca llegando a la verdad, ya
que ellos han perdido el conocimiento de su Dios. Ellos han perdido el conocimiento de lo sobrenatural,
empleando la racionalización hasta que el pecado y el mal se han vuelto una
manera de vida entre vosotros.
“Muchos
niños serán sacados de tu mundo, hija Mía, para salvar sus almas.
“¿Qué
gana el hombre si él reúne todas las riquezas del mundo y sufre la pérdida de
su alma? Vuestros años terrenales
son pocos. Cada hombre tiene que
pasar el velo y ser juzgado. Y no
caigáis al engaño que no hay un juicio, porque, hijos Míos, demasiado pronto
lo descubriréis.
“Todos
vosotros mantendréis una constante vigilia de oración a través de vuestra
nación y del mundo. Si reconocéis, si aceptáis la verdad y el conocimiento de
lo sobrenatural, conoceréis el poder de la oración para dispersar a los
demonios. Os doy esta lección de
realidad, hijos Míos: los demonios no pueden estar donde hay el sonido de oración
resonando en el aire.
“Rezad
una constante vigilia de oración por vuestro Vicario.
El está bajo gran prueba. El
está siendo crucificado por los suyos. Rezad
por vuestros hijos, las almas jóvenes, a quienes se les están dando aguas
contaminadas en el nombre de la verdad.
“Yo,
vuestro Dios, ordeno a los que sostienen rango en Mi Iglesia que remováis a los
herejes; que excomulguéis a los que se permiten unir a las sociedades secretas
para demoler Mi Iglesia. No
comprometáis vuestra Fe, hijos Míos, ya que sólo hay una dirección sobre la
cual procederéis, y ésa es una hacia abajo.
Verónica - Jesús
extiende Su mano, así, y hace la señal de la cruz:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra
Señora ahora se desliza hacia nuestro lado izquierdo, arriba, alto sobre los árboles.
Nuestra Señora tiene puesto un bello manto azul claro.
Está adornado todo en oro en todo el contorno.
Y Su túnica es de color crema, una túnica muy ondulante, con una cuerda,
una cuerda dorada amarrada alrededor de Su cintura.
Nuestra
Señora ahora saca Su Rosario de Su banda, y extiende
Su crucifijo y hace la señal de la cruz:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra Señora - "Os
bendigo a todos, hijos Míos, y os doy las gracias a través del Padre Eterno,
las gracias de curaciones del cuerpo y las curaciones del espíritu.
“Rezad,
hijos Míos, una constante vigilia de oración.
No permitáis que Mis advertencias lleguen a oídos sordos.
Tenéis que ir hacia adelante como un grupo luchador, hijos Míos, llenos
de disciplina y no en búsquedas propias; sino que debéis ir hacia delante con
oración y los sacramentales que os He dado a través de vuestros profetas y a
través de los tiempos, los años de tiempo terrenal. Ellos son vuestra armadura, hijos Míos, y no caeréis en la
telaraña de satanás si empleáis vuestros sacramentales.
Empleadlos para buen uso, hijos Míos; armad a vuestros pequeños en
contra de las fuerzas del mal a vuestro derredor."
Verónica - Nuestra Señora va hacia nuestro lado derecho, y Ella viene detrás de Jesús. Jesús está de pie ahora y mira a las personas al lado derecho, y extiende Su mano, así, y hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra Señora ahora se eleva muy alto al cielo, y Ella - ahora el cielo
se vuelve muy, muy brillante, y Nuestra Señora señala hacia arriba con Su mano,
y hay una tremenda cruz blanca ahora que se forma en el cielo.
Es una cruz brillante. Y -
es una cruz grande, pero detrás de ella, puedo ver a muchas, muchas cruces más
pequeñas. Son todas blancas. Es
como un campo, un campo completo de cruces.
Nuestra Señora - "Hija
Mía, estás viendo a muchos quienes llevarán las túnicas blancas en el Cielo.
Muchos mártires surgirán, hija Mía, en los días por venir.
Muchos ganarán sus coronas a través del sufrimiento.
Es verdaderamente el camino de la cruz, hija Mía, el del Cielo.
No permitas que un momento pase, hija Mía, sin emplear, sin aplicar tu
sufrimiento a una buena causa.
“Una lección simple te fue dada por tu guía, Santa Teresita la Pequeña Flor. Revisa tus lecciones, hija Mía, en tus libros. Reunirás estos mensajes, hija Mía, y los colocarás en un libro.
"Sabe
que tu prueba de esta noche estuvo planeada por el Padre Eterno en el Cielo.
“¿Por
qué lloras, hija Mía? Deberías regocijarte, como Nosotros nos regocijamos en el
cielo. Recibirás grandes gracias,
hija Mía, por tu sufrimiento. Te
doy esto como un acertijo, un acertijo, pero los próximos días te darán la
respuesta. Sonríe, hija Mía, ya
que hay gran gozo en el Cielo cuando se Nos unen los ángeles.
“Tienes
que comprender, hija Mía, que mucho sufrimiento es permitido
por una razón. Tú, hija Mía,
le dirás a tu hija que el Cielo verdaderamente obra de maneras misteriosas para
la salvación de las almas. La
tristeza más grande, un día será convertida en el gozo más grande.
“Recuerda,
hija Mía, que Yo como tu Madre, comprendo perfectamente el gran dolor en tu
corazón, ya que ¿no dí Yo a Mi Hijo al Padre Eterno?
¿No estuvo Mi Corazón desgarrado por esta pérdida?
Sí, hija Mía, Yo también tuve una naturaleza humana.
Yo podía llorar, Yo podía estar triste.
Yo sentí una enorme tristeza, hija Mía.
Yo siento, y te doy una lección simple: es solamente a través de la
experiencia, hija Mía, que Nosotros podemos tener verdadera compasión por el
que sufre.
“Ahora,
hija Mía, comprenderás completamente el camino de la cruz.
Después de la penitencia, hija Mía, siempre hay un gran gozo.
“Te
bendigo, hija Mía. Se te dará la fortaleza para continuar con tu Misión.
Acepta, hija Mía, la voluntad del Padre Eterno sin dudarla.
Te aseguro, hija Mía, El siempre tiene a mano tu mejor interés."
Verónica - Nuestra
Señora ahora extiende Su crucifijo y hace la señal de la cruz:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra Señora - "Hija
Mía e hijos Míos, continuad con vuestras oraciones de expiación.
Muchas gracias serán reunidas para los que vagan en la oscuridad. Un día comprenderéis y estaréis gozosos con el
conocimiento que vuestros sacrificios y vuestra penitencia habrá salvado a
muchos del abismo."
Verónica - (Reza
el Credo. Verónica ve a su recién
fallecida nietecita de 17 meses, quien la saluda con la mano, y ella comienza a
llorar. Pausa)
Nuestra Señora - "Ves,
hija Mía, todo no pudo ser comprendido en este momento en tu naturaleza humana.
“Reza,
hija Mía, una constante vigilia de oración.
Reza por perseverancia, hija Mía. Continúa
ahora, hija Mía, con tus oraciones. Comprenderás
todo muy pronto.
“Así
está mejor, hija Mía. No te preocupes, todavía eres humana, hija Mía.
“Todas
las almas puras son bellas, hija Mía. Ellas
te llenan de asombro. Pero esto es
solamente una pequeña medida, hija Mía, en lo que está basado el velo.
“No
derrames ni una lágrima más, hija Mía, tu amada ha sido salvada.
Pero llora por los que no han recibido esta gracia, hija Mía, ya que
muchas almas están cayendo al infierno tan rápidamente como los copos de nieve
que caen de tus cielos. Rezad por
todos los hombres de pecado, las pobres almas, hijos Míos, quienes no tienen
quien rece por ellos. Sin vuestras
oraciones, ellos estarían perdidos para siempre para el Padre Eterno.
“Tu
ciudad, Nueva York, está tambaleando, hija Mía, sobre el borde de la destrucción
por su propia mano. Hay fuerzas del mal que se reúnen dentro de tu ciudad.
Mantén una constante vigilia de oración, hija Mía.
Solamente las oraciones detendrán este gran mal.
Sin vuestras oraciones, hijos Míos, habrá un gran acto destructivo
cometido en vuestra ciudad de Nueva York. Las
fuerzas del mal se reúnen. Rezad,
hijos Míos.
“Continúa
ahora, hija Mía, con tus oraciones de expiación, y lee tus fotografías."
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Revised: February 03, 2010