Nuestra
Señora de las Rosas, María Auxilio de Madres
28 Septiembre 1979 - Víspera de la Fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
...Una
gran conmoción... gente gritando... fuego de ametralladoras...
Verónica
- Todo alrededor de los árboles hay un colorido muy fino traslúcido que sale
de los árboles. No hay palabras
humanas con que poderlo explicar; es verdaderamente un resplandor sobrenatural.
No creo haber visto jamás una clase de artefacto eléctrico o algo sobre
la tierra que pudiera explicar esto con palabras humanas, ni siquiera que lo
pudiera demostrar - la luz tremenda y la textura o colorido de las luces de
aviso de Nuestra Señora, que salen de los árboles.
Ahora
arriba de la estatua de Nuestra Señora, directamente en el cielo, el cielo se
abre, y Nuestra Señora se adelanta. Pero
detrás de Ella hay una figura inmensa en el cielo y es San Miguel.
Él tiene una espada en su mano derecha, y en la izquierda una balanza.
Yo no he visto a San Miguel con una balanza en mucho tiempo.
San Miguel extiende hacia afuera la balanza, para que yo la pueda ver. El peso de la misma está muy disparejo. Parece estar inclinada muy pesadamente hacia la izquierda, lo
que no es una buena señal.
Nuestra
Señora ahora viene hacia adelante, y yo estoy muy sorprendida porque Nuestra Señora
lleva puesta una prenda de vestir muy extraña.
En Su cabeza tiene un manto púrpura – un manto púrpura; y Su túnica
- Su túnica es de color amarillo. La
túnica tiene los colores asignados por el Cielo; amarillo significa el Papado.
Nuestra Señora tiene un cinturón en Su túnica, de un color amarillo pálido.
Nunca he visto a Nuestra Señora vestida de color amarillo pálido, casi
de un color amarillo oro, y Ella tiene en Su cintura, un cinturón dorado.
Nuestra
Señora saca el Rosario de Su lado derecho, el bello Rosario que tiene el
crucifijo dorado y los Padrenuestros dorados.
Y Nuestra Señora extiende el Rosario y hace la señal de la cruz:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Ahora
Nuestra Señora une Sus manos en posición de oración, así.
Nuestra
Señora
- "Os pido a todos, hijos Míos, que recéis mucho por vuestro Vicario en
los días venideros. Una gran
penitencia será enviada al mundo muy pronto."
Verónica
- Ahora Nuestra Señora inclina Su cabeza, una inclinación muy triste, y San
Miguel viene hacia adelante ahora. Él
coloca la lanza en su mano izquierda y sostiene la balanza enfrente de él otra
vez.
San
Miguel
- "Mira, hija mía, al enviarte un mensaje de suma urgencia desde el Cielo.
¡Lo que debió ocurrir en el futuro ocurrirá ahora!
Yo, Miguel, Guardián de la Fe, depositario del Cielo, os digo ahora que
habéis llegado a la última advertencia del Cielo, ahora debéis hacer
reverencia ante vuestro Dios, el Señor Dios Altísimo de la Trinidad, y haced
penitencia; o tendréis una silla vacía que será ocupada por el Oso, el Oso
blanco del Comunismo. Rezad, hijos Míos de la
gracia, una constante vigilia de oración por vuestro Vicario; porque el
enemigo ha puesto en marcha un plan para crucificar a vuestro Vicario....Rat-at-at-at-at!"
(Pausa)
Verónica
- ¡Ohhh! Escucho... yo escucho una
gran conmoción. Escucho botas que
marchan y ¡oigo gente que grita! ¡Y
yo escucho Rat-at-at-at-at-at!...como,
yo no sé, son como tiros o fuego de una ametralladora. Yo oigo gritos, y la voz de una mujer que dice: ¡¡¡Oh n-o-oo-oh!!!'
¡Oh!
Ahora
San Miguel señala hacia arriba, y yo puedo ver una enorme cruz negra en el
cielo - una enorme cruz negra. Y
debajo de la cruz se forma un globo, un globo del mundo, pero la cruz arriba del
globo es negra. Y ahora, arriba de
la cruz negra y del mundo, se forma un gran signo de interrogación.
Nuestra
Señora extiende Su mano hacia la derecha, y escritas en el cielo están las
palabras: "Es la voluntad de
Dios, no del hombre"... "¡Es la voluntad de Dios, no del
hombre!" Ahora, los colores,
los colores muy sombríos comienzan a disiparse y Nuestra Señora se adelanta.
Ella todavía está vestida con los colores extraños de púrpura y
amarillo. Es como, yo siento una
gran tristeza por el Papado.
Nuestra
Señora
- "Hija Mía, en estos momentos, hay un complot en contra de vuestro
Vicario. Preguntas, hija Mía, ¿tiene
esto que suceder? Hay un plan para
todo en el Cielo, hija Mía. No me
preguntes más, pero continuarás con las oraciones por vuestro Vicario.
"Recordad,
hija Mía e hijos Míos, Yo he dado justo aviso al mundo, que si rehusabais el
Mensaje del Cielo, sin importaros y sin esforzaros en actuar sobre el Mensaje
del Cielo, os seríais puestos a una gran prueba.
Miguel, el guardián de la Iglesia de Mi Hijo sobre la tierra, debe de
ser regresado ahora a su justo lugar en la Iglesia de Mi Hijo y en los corazones
de toda la humanidad. Lo
sobrenatural no deberá ser rechazado por más tiempo.
La desobediencia a vuestro Vicario en cuestiones de fe y de moral ya no
será tolerada por el Padre Eterno.
"Hijos
Míos, os he pedido manteneros firmes ante la crisis.
No debéis abandonar vuestras parroquias, o las puertas (de las mismas)
cerrarán. Mi Hijo todavía está en los tabernáculos del mundo.
No juzguéis la Iglesia de Mi Hijo por las bufonadas del hombre, porque
cada ser humano puede ser tentado o convertido en débil y puede caer... aunque,
únicamente, porque vosotros habéis ofrecido demasiadas pocas oraciones por
vuestros obispos, vuestros sacerdotes y vuestros amados familiares a quienes rápidamente
olvidáis en el Purgatorio. El
valor de la penitencia para la repatriación de las almas en Purgatorio ha sido
olvidado; esto ya no es enseñado a los jóvenes, y crea un vacío en sus vidas,
¡un vacío que es substituido por el ocultismo y el satanismo!
"Vuestro
país, con el símbolo del Águila - la orgullosa Águila calva, tan pura y
blanca - ¡ha sido desplumada! Ya
no es más que un esqueleto comparada a su gloria antigua, lentamente despojada
de la luz.
"Lucifer,
666, trabaja a través del hombre de pecado, para destruiros en vuestra
naturaleza humana hasta que vuestras almas estén al descubierto para él, y él
pueda destruirlas también. Vuestros
cuerpos son el templo de vuestro espíritu, el morar de la Luz, a no ser que lo
arrojéis a un lado y aceptéis al príncipe de las tinieblas quien ahora busca
ser el amo de vuestro mundo. La
Majestad de la Oscuridad - ¿es esto lo que deseáis?
"Mi
Hijo ha aceptado Su cruz. ¿Es que
ahora hay tan pocos quienes no aceptarán una cruz para salvar vuestro mundo?
¿para salvar ahora a vuestro Vicario?
¡Ay de los habitantes del mundo! Si
Yo ahora pudiera tomaros y abrir vuestra vista a lo que está por venir a la
humanidad, ¡pronto estaríais arrastrándoos sobre el polvo, estarías rezando
sobre vuestras rodillas, y caminando sobre vuestras rodillas, para evitar la
terrible destrucción que será enviada por la Bola de la Redención!
¡Muchos morirán en la gran llama de la Bola de la Redención!
"Vuestro
mundo ahora esa loco con el pecado. La
distinción del Padre Eterno, la distinción entre el hombre y la mujer está
siendo desechada. Los hogares de
muchos ya no tienen un ancla, no tienen fe, no tienen amor, no tienen a Dios. Y como en la Iglesia de Mi Hijo, os he advertido que una casa
en oscuridad lleva una banda de muerte a su alrededor, por lo tanto os digo como
Madre vuestra que cada casa en oscuridad lleva una banda de muerte a su
alrededor."
Verónica
- Ahora Nuestra Señora ve muy tristemente hacia Su derecha y también ve hacia,
muy hacia la izquierda. Ahora
Nuestra Señora toma el crucifijo de Su Rosario y hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra
Señora
- "Hija Mía e hijos Míos, debido a la gravedad de los tiempos, todos debéis
ahora mantener una constante vigilia de oración.
Un ataque directo de Lucifer será intentado contra vuestro Vicario.
"No
podéis preguntar, ahora no podéis comprender plenamente la guerra de los espíritus
que se libra ahora, no solamente en vuestra nación, sino en todas las naciones
de la tierra; porque estáis acercándoos a los días finales de los últimos
tiempos. ¿Habéis escuchado Mis
consejos? ¿Habéis actuado
conforme a ellos? ¿Habéis
preparado bien vuestros hogares? ¿Estáis
listos, hijos Míos, para lo que pronto será enviado sobre vosotros?
"Yo
pido que mantengáis sobre vuestros hijos los sacramentales, y sobre vuestros
amados y apreciados familiares."
Verónica
- Nuestra Señora extiende ahora un Escapulario; un Escapulario marrón grande,
y ahora Nuestra Señora coloca el Escapulario - es muy grande con las dos tiras
muy largas marrón - sobre Su cabeza ahora, para que una pieza descanse sobre Su
espalda y la otra pieza sobre Su pecho. Y
Nuestra Señora asienta con Su cabeza.
Nuestra
Señora
- "El Escapulario, hijos Míos, no veréis las llamas del infierno si
mantenéis puesta esta insignia de seguridad.
"Rezad
por vuestro Papa peregrino. Os
repito de nuevo: rezad por vuestro Papa peregrino ahora, ¡antes que sea
demasiado tarde!"
Verónica
- Nuestra Señora toma Su Rosario. El
Escapulario es muy grande sobre Su pecho, y el color marrón resalta mucho en
contraste a lo amarillo de Su túnica. Y
Nuestra Señora extiende Su crucifijo hacia afuera, así, y hace la señal de la
cruz: En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra
Señora
-
"Hijos Míos, continuad con vuestras oraciones de expiación.
Miguel siempre está presente aquí.
Mi Hijo pronto estará con vosotros, y Mi hija Verónica, para daros un
mensaje de gran urgencia. Debéis
todos ahora mantener una constante vigilia de oración."
Verónica
-
Nuestra Señora ahora retrocede. Ella
no camina sino que Ella parece carecer de peso.
Y Nuestra Señora flota hacia atrás en el cielo, y Ella mira por encima
de Su hombro a San Miguel y asienta con Su cabeza.
Y San Miguel ahora todavía tiene extendida la balanza.
La balanza tiene como un baño dorado, pero se inclina muy pesadamente
hacia la izquierda. Y yo no puedo
verle la cara a San Miguel; es muy difícil de explicar.
La luz que irradia de Nuestra Señora es tan brillante, que abarca toda
el área alrededor de los árboles. Y
Nuestra Señora ahora lleva Su dedo índice a Sus labios.
Nuestra
Señora
- "Hija Mía, esperarás en oración la venida de Mi Hijo." (Pausa)
"Si
no tienen éxito en llevar a cabo su plan en los Estados Unidos, entonces
ocurrirá en Roma. Es por esto,
hija Mía, que tengo tanto dolor - (Nuestra Señora señala hacia arriba a la
terrible cruz en el cielo) - que tengo tanto dolor en Mi Corazón.
Preguntas, hija Mía, ¿si Nosotros podemos evitar esto?
No puedes comprender los caminos del Padre Eterno, hija Mía.
El Padre Eterno permite que el hombre proceda sobre su propio camino. Nunca triunfa el mal. El
Padre Eterno cambiará todo el mal en bien.
"Hija
Mía, debéis comprender que esto es la guerra de los espíritus; Lucifer y sus
agentes – Satanás - vagan por vuestro mundo ahora, conocido a través de la
historia, como 666. Se le otorgará un corto tiempo más para su reinado.
Pero el Padre Eterno le permite continuar como una manera para separar
las ovejas de las cabras, para purificar la Iglesia de Mi Hijo.
Comprenderás esto en corto tiempo, hija Mía.
Continúa ahora, hija Mía, con las oraciones de expiación."
Verónica
- Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora
de nuestra muerte. Amén. (Verónica se une a las oraciones que están siendo rezadas.)
(Pausa)
¡No
más derramamiento de sangre!...La sangre dividirá el Papado...¡No más sangre!
Oh, ¡qué horrible!...¡Oh! (Verónica
ve una terrible visión secreta referente al Papado.
Luego se desmaya y es rápidamente revivida.)... se adelanta.
Jesús
-
"Hija
Mía, no sucumbirás ahora. Pero
sufrirás mucho, hija Mía. Te pido
ahora, que repitas con tu fuerza ya recuperada, el Mensaje del Cielo, hija Mía.
Rezarás una constante vigilia de oración por vuestro Vicario.
"Hija
Mía, no se te dará una cruz más pesada que la que puedes llevar.
Comprendes, hija Mía, que en la Misión del Cielo, tu ahora estás en
guerra con Lucifer, el príncipe de las tinieblas.
Rezarás por vuestros obispos y vuestros cardenales, hija Mía.
Harás mucha penitencia, porque sobre la balanza ahora está la vida de
vuestro Vicario."
Verónica
- Jesús extiende Su mano hacia afuera, así, y hace la señal de la cruz: En
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Jesús
- "Hija Mía, no ampliaré el Mensaje del Cielo.
Todo lo que hay que decir a la humanidad ha sido repetido una y otra vez
por mi Madre quien ha llegado a la tierra como una Mediadora entre Dios y el
hombre, Mensaje que será rechazado por muchos.
Por lo tanto, vuestro mundo recibirá una gran penitencia.
No escucháis, hijos Míos. Muchos
han desechado el Mensaje del Cielo, sin haber actuado según el mismo, y ahora
seréis castigados.
"Rezad,
hijos Míos, una constante vigilia de oración.
Leed de nuevo las palabras de Mi Madre.
Porque Ella ha venido muchas veces a la tierra durante tiempos de gran
urgencia para advertiros, y, como en el pasado, solamente unos pocos actuaron
según Su consejo, y ahora es casi demasiado tarde para la humanidad.
El Padre Eterno ha sido muy paciente con vosotros. Os habéis convertido en una generación degenerada, que
clama por una gran penitencia sobre la humanidad.
"Nosotros
no buscamos infundiros miedo en vuestros corazones, sino en llevaros un mensaje
de advertencia y consejo. Mi Madre
no os rechazará, aún en vuestro envilecimiento.
Yo no os rechazaré, hijos Míos. El
Padre Eterno, en el Espíritu de la Luz, no os rechazará.
Pero vosotros, ¿Nos rechazaréis ahora en el cielo?"
Vosotros seréis los perdedores. Si
rechazáis la Luz, aceptáis la oscuridad del pecado, y perderéis la vida
eterna en el Cielo."
Verónica
- Ahora Jesús señala hacia Su lado derecho, y ¡oh! Allí está, por si la
pueden ver, está tan clara - ¿pueden ver la cruz?
Miren la gran cruz pesada en el cielo.
La cruz comienza a caerse del lado izquierdo.
¡Se está cayendo! ¡Se está
cayendo! La cruz se está cayendo.
¡Ohh!...
Jesús
- "Sí, hija Mía, dentro de poco comprenderás completamente el
significado de la cruz caída.
"Aún
son dadas grandes gracias en estos tiempos de gran oscuridad espiritual, hijos Míos
- gracias para curaciones y conversiones, curas del espíritu, curas del cuerpo;
gracias para librar a vuestros amados del Purgatorio.
Emplead todos los medios para salvar vuestras almas, para salvar a
vuestros amados, mientras hay tiempo. Os
repito: muchos morirán en la gran
llama de la Bola de la Redención. Muchos
serán llevados antes, pero aún muchos morirán, hijos Míos."
Verónica
- Ahora Jesús extiende Su mano, así, y hace la señal de la cruz: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Nuestra
Señora desciende ahora. No La había visto de pie allí al lado derecho de los árboles.
Nuestra Señora se acerca otra vez y Ella se ve, muy, muy traslúcida -
muy, el colorido es, ay, no sé, no puedo explicar el ver a Nuestra Señora de púrpura,
un tono de púrpura muy pálido, no un azul sino un manto púrpura con una túnica
amarilla, amarillo dorado... el cinturón dorado de Nuestra Señora, saben
ustedes, pero es tan diferente a lo que Nuestra Señora normalmente lleva puesto,
casi lúgubre.
Ahora
Nuestra Señora viene y Ella está de pie al lado derecho de Jesús.
Y el cielo ahora parece estar formando dobleces - abriéndose; y hay
cientos de ángeles que se adelantan, y especialmente puedo ver a dos - no tan
grandes como San Miguel - pero puedo ver a San Gabriel y San Rafael allá. Oh, sí – sí – van ahora al lado derecho, nuestro lado
derecho, y hay cientos y cientos de otros ángeles.
Yo sé que son ángeles porque, saben ustedes, ellos no tienen rostros;
yo no lo puedo explicar, por la tremenda luz que nos rodea.
Sin embargo, ellos no parecen estar desproporcionados.
Yo no puedo verles brazos, ni manos ni pies como a Jesús y Nuestra Señora,
pero son absolutamente bellos y San Miguel está detrás de ellos.
Por su tamaño, hace ver a los otros ángeles como niños – jóvenes -
muy, muy frágiles, y bellos, y los colores de sus túnicas - todos colores
pastel, los de sus túnicas. Oh, ¡qué
vista tan bella!
Oh,
y ellos se reúnen alrededor de Nuestra Señora, y ahora Miguel señala, y, ¡Oh!
¡Oh! ¡Oh!
Jesús se acerca a Nuestra Señora ahora.
Nuestra Señora ha colocado Sus manos en forma de oración, así, muy
solemnemente en oración, y Jesús coloca una corona sobre la cabeza de Nuestra
Señora - una corona dorada. Es muy
bella, es muy delicada, y tiene como - oh, V's volteadas al revés; es de la única
manera que la podría explicar – una formación en la corona con algo como
protuberancias arriba - bolitas redondas miniaturas - más o menos, en la punta
de la corona; es decir, en las puntas es lo que deseo decir.
Y la corona - ahora descansa delicadamente sobre la cabeza de Nuestra Señora,
justo arriba de Sus cejas. Pero,
claro, el manto de Nuestra Señora es muy largo esta noche.
El manto parece estar muy hacia adelante sobre la frente de Nuestra Señora,
hasta Sus cejas - muy, muy sobre Su frente.
Y la corona está descansando tan baja sobre Su frente, hasta Sus cejas.
Y Jesús asienta con Su cabeza. Ahora
Jesús lleva Su dedo índice a Sus labios.
Jesús
- "Hija Mía, continuarás ahora con tus oraciones de expiación. Y luego regresarás cautelosamente a tu casa, donde
permanecerás en reclusión.
"No
repitas esto, hija Mía. (Pausa)
Lo único que repetirás, hija Mía; son los números...77 3, 77 3, 77
3. Recuerda, hija Mía, al ir
Lucifer adelante con su plan contra el Papado, estar a la expectativa del 77
3!" (setentisiete tres)
Verónica
- Ahora Jesús y Nuestra Señora retroceden hacia arriba en el cielo...oh, Ellos
no caminan - Ellos parecen flotar. Aunque Jesús y Nuestra Señora se ven tan sólidos
como nosotros, Ellos parecen
carecer de peso. Ellos se mueven
allá como si fueran transportados por el viento - no sé como explicarlo – es
maravilloso ver como caminan. Ellos
no caminan, no lo puedo explicar. Ellos
flotan hacia atrás. Oh, pero
Nuestra Señora aún con esa túnica y el manto tan sobrios, Ella se ve tan
bella – muy bella, pero tan triste. Nuestra
Señora está muy triste. Jesús
asienta con Su cabeza.
Jesús
- "Continúa ahora, hija Mía, con tus oraciones de expiación. Comprendes, hija Mía, que son dolorosamente necesitadas.
Se permitirán tres fotografías, y luego debes regresar inmediatamente a
tu casa."
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Revised: February 03, 2010